18 de marzo de 2007. Segovia.
1h38' 4:40 / km
Otra vez nos tocó madrugar a Abel y a mi. De camino a su casa pasé por las puertas de La Cubierta de Leganés, lugar de ocio de la muchachada del sur. El espectáculo a las 6:00 de la mañana era lamentable: gente borracha potando, haciendo el gamba con el coche... me sentí contento de madrugar para pasar el domingo haciendo deporte y viendo la luz del sol.
El caso es que nos presentamos en la ciudad del acueducto, por una vez, puntuales. Aparcamos el coche en el parking de la carrera, recogimos el dorsal y estuvimos haciendo que calentábamos y que estirábamos mientras saludábamos a gente del club, incluido el Presi, de las Moléculas de Sanse...
Tras los paracas aterrizando casi en los arcos del acueducto, se dio la salida. Buen ambiente, bastante animación en los primeros metros. Perdido el acueducto de vista, en seguida empezamos a subir dirección oeste. Al regresar a la ciudad bajamos, obviamente, aunque en seguida otra vez a subir hacia el casco viejo, pasando por debajo del acueducto.
En la subida al casco viejo me adelantó un hombre que estaba crecidísimo. Debía ser autóctono porque recibía aplausos de mucha gente, que le conocía por su nombre. El tío lo estaba dando todo, pero se veía que no iba a aguantar mucho, daban ganas de decirle "tronco, regula un poco" pero estaba imparable...hasta que se paró. Cayó como fruta madura y al dia siguiente seguro que no se podía menear, pero su momento de gloria atravesando su ciudad con la animación de los vecinos no se lo quita nadie.
Tras el bonito recorrido por el casco viejo, enfrente de la catedral y la muralla, salimos a la parte nueva de Segovia, enfrente de la estación de tren y desde ahí ¡para arriba! subir y subir hacia el polígono que está en dirección a la granja. No se paraba de subir, y al no haber kilómetros marcados parecía que nunca íbamos a llegar. Abel iba un poquito más atrás.
Por fin superamos la cuesta y por lógica el resto del recorrido (unos 5 km) debía ser descenso. Efectívamente un descenso cada vez más rápido que nos puso en la meta en un momentín. A la llegada, una gran multitud todavía animaba a la gente con tiempo modesto, lo que es de agradecer. El avituallamiento de la llegada fue espectacular: bollos preñaos, bollería, refrescos....
En resumen: Bonita carrera, muy dura por las rampas tan largas, gran animación, buena bolsa.
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