lunes, 15 de diciembre de 2008

XXIII Maratona de Lisboa

Lisboa (Portugal). 7 de diciembre de 2008.

42.195m / 3h39m30s / 5m12s el km



Hace frío. Caen unas pocas gotas por aquí, pero allá en Belén seguro que está lloviendo, porque detrás del puente del 25 de abril se ven nubes oscuras. Soy el último de un pequeño pelotón de unos mil corredores. Suena una sirena y un animoso speaker portugués da la salida. Empieza el Maratón de Lisboa. Tardo unos segundos en empezar a correr, disfrutando del momento.

Meses entrenando, la logística de la inscripción, la reserva del hotel, los canguros de Nicolás, las zapatillas de este año destinadas a estos 42 kilómetros, el recorrido casi memorizado, la estrategia... y al final, dos piernas y una cabeza para intentar rebajar el tiempo de Berlín, con el objetivo secreto de las 3 horas 30 minutos. Cierro los ojos, inspiro hondo y empiezo a correr.

Pequeño apelotonamiento a la salida. Tranquilo. No pasa nada por hacer el primer kilómetro a 6 minutos. Se recuperará solo. Mira, no ha hecho ni falta, ahí le tienes y a 5 minutos clavado. Así hasta la media.

DIEZ KILÓMETROS. 49m23s. 4m56s x km.

Muy bien. Ni un kilómetro por encima de 5 minutos, ninguno por debajo de 4 minutos 50 segundos.

Enseguida nos empieza a llover. A la altura del gigantesco puente ya llueve a mala hostia. Me es fácil encontrar rebufos de grandullones que me van tapando el aire. Por ahora hay gente y no se nota. Diría que somos más los guiris que los portugueses corriendo. Muchos españoles pero muchos nórdicos también, también ingleses. Viene bien porque los portugueses son más bien bajitos y no me sirven para parar el viento.

QUINCE KILÓMETROS. 1h13m32s total. 24m09s parcial. 4m50s x km.

Carrera de metrónomo. Quizá un poco rápido, pero es cuesta abajo y con viento a favor. Siempre tengo la sensación de poder ir más rápido. Ya los corredores nos vamos espaciando. Qué majetes los dos hombres de El Escorial, al final seguro que me adelantan porque van los tios sobraos. El de Barcelona con el que he hablado en la salida va como un tiro, le he visto que iba bien adelante cuando nos hemos cruzado.

VEINTE KILÓMETROS. 1h32m31s total. 24m02s parcial. 4m50s x km.

Bien. Llego al centro de Lisboa otra vez, por fin veo edificios que no están abandonados. También veo la meta, este tramo lo haré dentro de más de dos horas. Ya queda menos. Por ahora, seguimos con viento en popa. Aunque ya se nota que estoy corriendo un maratón... quién pudiera terminar ya una media y a casita. Pero no, para eso no entreno cuatro meses. Esto no es una carrera de pueblo. Así que, majo, a apretar los dientes y darle caña, que esto empieza ahora.

MEDIA MARATÓN. VEINTIÚN KILÓMETROS NOVENTA Y OCHO METROS.
1h37m34s total. 5m03s parcial. 5m03s x km.

Por fin un tramo con un recorrido digno de ver. La Baixa. Calles adoquinadas y algo de animación. Cojo una botellita de bebida isotónica que va a venir bien. A cinco minutos el kilómetro. Las piernas me dicen que van jodidas pero contentas, a ver qué me decís dentro de media hora.

Hay una cosa curiosa en este maratón. Quizá porque la inscripción es muy pequeña, vamos mezclados los de la maratón y los de la media maratón. De hecho, yo con un tiempo normal voy con los últimos de la media; quizá el público vea así a los primeros de las dos pruebas en el mismo lapso de tiempo. De todas formas, es bastante extraño y llama a equívocos.

En cuanto al recorrido, es bastante feo, salvo la zona de la Plaza do Comercio y La Baixa. No está tan mal como dicen algunos que han corrido en Donosti (Ey, Abel) pero hay que reconocer que no es Berlín. Tiene el atractivo de ser la capital de otro pais. A un maratón internacional por año, quizá cuando me jubile de esto de correr, es decir, cuando la palme, tendré una buena representación de los maratones más importantes del mundo en mi curriculum corredorae.

TREINTA KILÓMETROS. 2h27m24s total. 44m47s parcial. 4m59s x km.

Al final, resulta sencillo. Correr. Lo hemos hecho toda la vida, estamos diseñados para ello. Un pie detrás de otro. Cada zancada impulsa a la siguiente en una especie de movimiento continuo y ¿sin fin? No, porque cada paso te desgasta un poco. Cada impacto maltrata toda tu estructura. Aunque con la euforia de la carrera no lo notes, cada uno de ellos va restando de tu cuerpo energía, lo va lesionando y al final, pararás. Tarde o temprano pararás. En una carrera normal no. No paras. Ni siquiera se contempla esa opción. Intentas darlo todo, exprimirte para que en la línea de meta la pases exhausto y así conseguir la mejor marca. En el maratón, a partir de la media, entras en una zona distinta.

Un maratón es algo más, es el límite. No tendría sentido hacer una carrera de 30 kilómetros porque llegaría la mayoría de la gente fresca; es a partir de esa frontera de los más de treinta mil pasos, las dos horas o dos horas y media corriendo cuando un cuerpo humano normal empieza a estar vacío. Es a partir de esa raya donde empieza a ser más importante la cabeza que las piernas. Es ahí donde estoy yo ahora.

¿He hecho algo mal? Ya no puedo mantener el ritmo de los 5 minutos. No me hace falta llegar al siguiente punto kilométrico para saberlo. Este correr es más a pasos que a zancadas.



Cuando salgo otra vez de la zona de la Plaza do Comercio veo a David, apenas me puede soltar la bolsa de los plátanos. Una lástima pero voy a tener que dejarlos todos menos uno. Bueno, es un detalle de todas formas. Majete mi cuñado.

TREINTA Y CINCO KILÓMETROS. 2h54m30s total. 27m06s parcial. 5m25s x km.

Buf. Venga, no puedo más. Tengo que descansar, parar, estirar o lo que sea. Voy a coger el avituallamiento y me lo voy comiendo mientras ando. Me jincho a coger plátanos y dulces, parece que he hecho la compra. Los como mientras ando. Me impongo que no van a ser más de cinco minutos.

A correr.

Las piernas pesan como si fueran de hormigón. Pobrecillas, no sé como aguantan arrastrar mi tonelaje tanto tiempo. Comer me ha sentado bien, parece que me da algo de energía. Pues hay que aprovechar mientras pueda. Hay viento de frente pero ni de broma pienso en coger un rebufo. Adelanto a algún cadáver de la media maratona pero mis compañeros maratonianos me adelantan a mí, que yo sí que soy fiambre total.

Creo que ha sido el kilómetro 37. Voy a andar otra vez 5 minutos. Este segundo parón ha sido innecesario, podría haber aguantado más. Lo pienso mientras ando. Me da rabia. Intento andar más rápido, pero qué estupidez, si no puedo ni dar un paso. Me reconcome dejar escapar el tiempo, que se me escurre entre los dedos. Dentro de nada se van a cumplir las 3horas 30minutos y ni de coña me pasa por la cabeza la idea de alcanzar ese tiempo en la meta. Un fracasete. Lo he tenido tan cerca que ahora cualquier marca peor que esta me parece una piltrafa.

El diablillo malo, con su tridente y sus llamitas, se me pone en la oreja y me dice que me pare, que estire y que ya habrá otros maratones. Su compañero con arpa y alitas se me pone en el otro hombro y me muestra la imagen de Nicolás, Pandora y la Loqui. Con eso me basta.

Venga. El último esfuerzo. A correr otra vez.

CUARENTA Y DOS KILÓMETROS Y CIENTO NOVENTA Y CINCO METROS.
45m00s parcial. 6m25s x km.



Estos tres kilómetros DEBO hacerlos corriendo. Aunque me parezca que las piernas se han convertido en madera, aunque se me salga el corazón por la boca. Por aquí deben estar David, Nuria y la Loqui. Les veo, en el kilómetro 42. No sé si habrán podido hacerme alguna foto. Lo que me importa ahora es llegar y terminar esto de una vez.



Ahí lo tienes. Otro maratón. MARATONA DE LISBOA. META. Ese arco es todo para mí. Qué descarga de adrenalina, con estas fuerzas hubiera podido hacer otro kilómetro esprintando. Veo la llegada, en el reloj pone el tiempo pero yo sé que le llevo 1 minuto de desfase, así que estoy por debajo de las 3horas 40 minutos. Subo los brazos, cierro los ojos y oigo el piiiiiiiiiiiiii del chip registrando el tiempo.

Al final, no ha estado mal, he rebajado 16 minutazos mi marca de Berlín. Las piernas casi no me aguantan. Me quito el chip, recojo avituallamiento, me dan un té hirviendo... todo en una nube. David me pone una chupa y voy a ver a mi chica. Con el abrazo que me da, se acaba la pesadilla.


TOTAL

TIEMPO 3h39m30s total. 5m12s x km. (11.5 kms x hora.)
DISTANCIA 42.195m.


Quiero agradecer a las personas que me han apoyado en mi maratón de Lisboa:



Mi chica La Loqui, compañera en todo, que además de soportar mis ausencias para entrenar a horas intempestivas, tiene el detallazo de acompañarme también a Lisboa. Mis cuñados, David y Nuria por el apoyo logístico en el viaje y durante la prueba.

También importante, Lisboa, bellísima ciudad (salvo el tramo que recorre el maratón JUAS JUAS), que nos ha acogido una vez más en la orillita del Tejo, permitiéndonos ver sus calles, sus edificios decadentes o decaídos, los tranvías y funiculares, la torre de Belem y sobre todo Los Jerónimos que no lo habíamos conocido hasta entonces y que nos quedó alucinados. Dejo aquí unas fotillos de homenaje a esta ciudad de la que ya conocemos otro poquito más.











Como colofón, cuelgo aquí la crónica de Toni, un corredor de Barcelona que también corrió en Lisboa, me sacó media hora el tio:


http://www.corredors.cat/index.php?topic=3671.60