lunes, 12 de noviembre de 2007

Maratón de Berlín 2007

30 de septiembre de 2007. Berlín. Alemania.

42.192m / 3h54' / Media 5'33"



El segundo maratón de esta nueva era (ya corrí dos cuando era un chaval) y nos atrevimos directamente con un maratón internacional: Berlín. Donde estaba el record del mundo -Paul Tergat- y donde Gebrelaisse lo iba a batir.




Nos juntamos en Barajas: Mario mi compi de curro, Iván de Maratonianos, Abel y Roci, Rubén mi hermano y Ana, la Loca y un servidor de vuesas mercedes. El grupo más dispar que se puede juntar para correr un maratón.



Contra todo pronóstico, la inscripción, la compra del vuelo y la reserva del albergue salieron todas bien. Las gestiones por internet habían dado su fruto. El sábado pudimos dar una vuelta tranquilamente por la ciudad, haciendo todo lo que no hay que hacer antes de un maratón: andar, beber cervezas a tutiplén, comer salchichas y demás grasuza, acostarnos tarde... pero qué leches, el record del mundo ya lo iba a batir Gebrelaisse. Para nosotros, nos quedaba lo bueno.



Por la mañana, tras una noche sin apenas dormir, se sucedieron los acontecimientos a toda velocidad y cuando nos quisimos dar cuenta estábamos dentro de una marea humana dispuestos a intentar el asalto al maratón. Marea humana. Parece que alguien se inventó esa expresión para definir aquello: 40.000 personas reunidas para salir pitando en una dirección en cuanto alguien de la voz de ya.



¡PUM! y a correr

El que pueda, claro. Pasaron 12 minutos desde que salió el primero hasta que atravesamos nosotros el arco de salida ¡y todavía quedaban por detrás miles de personas! Gritos y adrenalina a raudales, alegría y las piernas que tiran de uno, como si se estuviera haciendo un remake de braveheart pero con tíos en mallas.



Las primeras sensaciones, óptimas. Con el ambientazo y la gran organización te sientes un atleta de verdad, se te olvida que eres un mediocre. ¿como se pueden pasar 10 kilómetros sin darse cuenta? por raro que parezca, así es. ¿cómo hacer creer que se está uno 15 kilómetros más disfrutando a tope? El que no me crea seguramente no sea corredor, y si hay algún corredor que tampoco lo acepte, que corra un gran maratón como este y se convencerá.



Gente animando continuamente, chavales que te chocan la mano al pasar, avituallamientos frecuentísimos y super completos, grupos y grupos de buena música -jazz, blues y rock junto con algunos de percusión-, un ambientazo de deporte, el recorrido por el centro de Berlín... genial.

Igual que en Madrid, íbamos clavando los tiempos en busca de las cuatro horas. En el segundo cuarto sobretodo se barruntaba un tiempazo en torno a las 3:45 y quizá mantuvimos un ritmo que luego nos pasó factura, pero no se nos fue la olla en ningún momento sino que fue la propia carrera la que nos puso ese ritmo.



Kilómetro 30, ya apenas hablábamos -que ya es decir- y las caras no eran tan alegres aunque a Abel siempre se le escapara alguna pavada de las suyas. El maratón son 30 kms de piernas y 12 de cabeza. Efectívamente. Ahí empezaba lo duro.

Yo fui el primero en caer, en un avituallamiento me descolgué como solía de Abel y ya no era capaz de cogerle como las otras veces. Poco a poco le fui perdiendo y la referencia por kilómetro se fue hasta los seis minutos ¿cómo puede ser? Ah, majo, ahí lo tienes, y eso que decían que ya lo habían quitado: EL MURO DE BERLÍN. Haciendo evaluación de daños, me di cuenta de que estaba corriendo con la boca cerrada, respirando por la nariz; mi cuerpecito iba totalmente al ralentí, economizando las últimas reservas. Por suerte, solo me dolía el cansancio; ni rozaduras, ni calambres, ni torceduras.



Sobre el kilómetro 35 ya no me iba a detener nada, vi a las chicas... pero no podía parar, imposible, hubiera sido la gran cagada. A rechinar los dientes y a echarle huevos al tema, que no digan estos alemanes que nos achantamos por unos kilómetros de nada. Empezaba a hacer frio pero me di cuenta de que tenía calor, no me gustó aquello y me eché por encima un montón de agua en los avituallamientos.




En los últimos kilómetros, sorpresa, ahí estaba el Abel haciendo marcha, en un particular homenaje a Rodrigo. También había pasado las de Caín (nunca mejor dicho), pero ahí seguía el tío dandole caña. Está mal decirlo, pero siempre da moral adelantar a alguien, aunque supongo que no iba a más de 0,5 km/h más rápido.

Pero sí, miralá miralá miralá miralá, la puerta de Brandenburgo. Un arco del triunfo que se ve durante un kilómetro entero que sabe a gloria. Ya lo tienes macho, lo has conseguido, un esfuerzo más, disfrútalo, ahí te llevas un maratón.

2 comentarios:

VIRIATUS dijo...

Eran las 6 de la mañana del día clave, en unas horas estaríamos corriendo el maratón, por fin había llegado el momento. Tantas horas de entrenamiento, tantos madrugones para salir a correr, tanto sufrimiento..... tantas cervezas que nos habíamos bebido la noche anterior....(por lo menos sabíamos que estábamos hidratados).
Dormíamos todos en la misma habitación del albergue y ya llevábamos un buen rato despiertos pero sin decirnos nada....
Cuando sonaron los móviles indicando que era el momento de ponernos en marcha., todos sabíamos perfectamente que teníamos que hacer. Nuestros cuerpos eran una maquina perfectamente preparada para afrontar la difícil tarea que se nos avecinaba...... la de no hacer ruido para no despertar a nuestras novias que estaban durmiendo en las otras literas. Tarea imposible ya que según la ley de Filipides 5 personas que van a correr un maratón en las horas previas a la prueba no pueden evitar tontear, hacer chistes, bromas y no parar de reír. Esto se resume en la siguiente formula:
Horas previas al maratón+5 presonas nerviosas*un espacio reducido/gente que quiere dormir= vamonos que la vamos a liar

Dicho lo cual salimos de la habitación del albergue y ya en el mismo pasillo nos encontramos con los primeros indicios de que hay un maratón a punto de celebrarse en Berlín.
Todos los que íbamos a tomar parte en el maratón teníamos una mochila naranja con nuestro numero de dorsal impreso, y en esta mochila teníamos que meter todo lo que fuéramos a dejar en el guardarropa. Por lo tanto todo ser humano, animal u cosa (que de todo te puedes encontrar..) que fuera a participar en la carrera llevaba una mochila naranja.
Pues lo dicho ya en el pasillo de el albergue nos encontramos con gente ataviados con las mochilas. “joder que pasada y ni siquiera hemos cerrado la puerta de la habitación y ya se palma el ambiente que va a ver”.
Salimos a la calle y nos vamos a la estación de tren a desayunar, si, no me miren así, teníais que ver que sitio mas bueno para desayunar había en la estación. Un bar (por llamarlo de alguna manera) con frutas, bollos, bocadillos... etc todo buenísimo. Y el hombre que hacia los zumos naturales, no se porqué creía que íbamos a correr el maratón y nos regaló una bolsa con fruta. Mira que majo, como sabrá que vamos a correr? Será por ir en zapatillas? Será por llevar mallas? Será porque todos tenemos un pulsómetro? Será por las mochilas naranjas? Por la bandera de España que llevábamos? No se no se, esta gente es la leche, que listos, que sabiduría, si vas por la calle y hasta los niños pequeños hablan alemán.
Pues nada después del opíparo desayuno nos disponemos a colarnos (digo a pagar el billete del tren).
Y el tren iba hasta los topes de gente, todos con su mochila naranja, era emocionante ver la cantidad de gente que iban hacia la salida, y todavía quedaba hora y media.
Y una de las imágenes que se me quedaron grabadas en la mente fue cuando llegamos a la estación mas cercana a la zona de salida. La estación estaba elevada, y vimos como un autentico río humano de mochilas naranjas se dirigía hacia el parque donde estaba la puerta de Branderburgo . Fue algo impresionante en mi vida había visto tanta gente junta con la misma idea de hacer deporte. Tomaron la salida alrededor de 43 mil personas. Todo lo que te daba la vista era gente y gente y mas gente, todo se lleno del naranja de las mochilas y del amarillo de los plásticos que te daban para que no te enfriases.
Después de dejar nuestras cosas en el guarda ropa y ataviarnos con el platico amarillo nos dirigimos hacia los cajones de salida. Era gracioso vernos todos de amarillo y con los brazos por dentro del plástico para no pasar frío.
Despacito, despacito por fin llegamos a la gran avenida donde se toma la salida, y si ya íbamos alucinados, aquí fue la apoteosis. Metidos en el meollo eso es algo que hay que vivirlo, todo el mundo aplaudiendo, con ganas de tomar la salida y con la música de carros de fuego sonando por los altavoces.
Yo tenia mi objetivo claro, me pondría detrás de Gebreselassie, y aguantar el ritmo, en el ultimo kilómetro le despistaría diciéndole :”oye macho que se te ha desatado la zapatilla” y en ese momento desataría mi ataque final para entrar en meta el primero. Era un plan perfectamente diseñada, perfectamente estudiado y sabia que lo iba a lograr.
A las 9:00 a.m. se dio la salida, y entre aplausos y vítores poco a poco empezamos a movernos para iniciar nuestro periplo.
Pues yo a lo mío a ponerme a rueda de Gebreselassie. Pero leches ¿dónde se ha metido? No le veo. Nada, nada seguiremos avanzando que ya daré con el, tanto no correrá joder .
La carrera fue genial, no falto animación en ningún momento, muchas bandas de música sembraban el recorrido, bandas sobre todo de jazz. En ningún avituallamiento faltó bebida ni comida, y el recorrido era prácticamente llano, de echo había veces que creía que íbamos bajando.
Desde mi poca experiencia maratoniana, solo había corrido hasta ese momento en el maratón de Madrid 2007. Quede completamente fascinado con el recorrido ,con la gente.... Bueno la verdad es que los alemanes son un poco sobrios a la hora de mostrar sentimientos, animaban pero sin armar escándalo. Solo cuando veíamos una bandera española se oía jaleo y gritos por doquier. Hay que ver como somos se nos oye desde la distancia.
Al final cuando crees que no puedes mas y ves a lo lejos la famosa puerta de Branderburgo sabes que el final esta cerca, y una gran emoción y alegría invade tu cuerpo.... Cruce la meta sin ver a Gebreselassie, caguen la leche ¿donde se habrá metido? Luego me enteré que cruzó la meta 1 hora y 51 minutos antes que yo, que jodío como corre.
Mi enhorabuena a Gebreselassie por haber conseguido el record del mundo de maratón y también para todas aquellas personas que participaron ese dia en la carrera, terminaran o no su esfuerzo y valentía queda demostrado tan solo con el echo de presentarte en la meta. Muchas gracias también a todos los que nos acompañaron y sufrieron con nosotros................

VIRIATUS dijo...

A CONTINUACIÓN PONGO LA DIVERTIDA CRÓNICA DEL MARATÓN QUE HIZO ABEL: