miércoles, 28 de noviembre de 2007

Media maratón Jarandilla de la Vera 2007

25 de Noviembre de 2007. Jarandilla de la Vera. Cáceres.

21km / 1h45'14" / Media 4'59"

Por segunda vez acudimos a la carrera más cercana a nuestro pueblo (Villanueva de la Vera) el Abel y menda. La noche anterior nos habíamos zampado la HAMBURGUESA TOMBRU de rigor, hidratada con unas buenas jarras de cerveza; nosotros siempre dando ejemplo de lo que no hay que hacer antes de una carrera pero, qué leches, estábamos en nuestro pueblo. Nos acompañaban Iván y Jose, que comprobaron las delicias de la hosteleria verata, aunque se salvaron de los cubatas porque ya nos pareció demasiado.

Amaneció con un tiempo estupendo para correr, pero malo para todo lo demás a estas alturas del año: sin nubes en el horizonte y un sol de invierno que enseguida calentaría de lo lindo. Por allí estaban una buena representación del club, todos estrenando la estupenda nueva equipación de Joma.



PUM y a correr.

Hace mucho conocer el recorrido. Con tantas y tan duras cuestas favorece mucho saber cómo van a ser de largas y lo que viene después. El trazado de la carrera es precioso, con buenas vistas a la sierra cuando no se está atravesando un robledal o pasando por el puente sobre la garganta. Enseguida se me despegó Abel, aunque le intenté tener controlado media carrera, en la subida al Guijo ya en el tramo de asfalto me iba aumentando la diferencia.

Las subidas las hice bien, ni siquiera me paré en la rampa brutal de cemento. La última rampa desde la garganta del Guijo hasta la entrada del pueblo también la hice controlando, aunque en la última curva, justo donde estaban las chicas casi peto y no hubiera podido hacer otra.



En cuanto coroné me dije que ya había hecho la carrera y que iba a bajar paseando...pero no. Uno se va animando y el segundo kilómetro de la carrera la hice a toda mecha. Como dice Abel, para experimentar lo que sienten los buenos en el llano. Efectívamente, aquel kilómetro lo hice a 3'02", lástima que en los tramos de cuesta hice el kilómetro 8 a 7'26". Al final metí un poco de caña por aquello del pique con uno que me venía alcanzando y terminé casi esprintando en la línea de meta.



Total, que una carrera preciosa, en mi pueblo y con mi familia esperando a la llegada. Un gran dia. Además, mejoramos Abel y yo un minutazo respecto al año anterior.

lunes, 12 de noviembre de 2007

Maratón de Berlín 2007

30 de septiembre de 2007. Berlín. Alemania.

42.192m / 3h54' / Media 5'33"



El segundo maratón de esta nueva era (ya corrí dos cuando era un chaval) y nos atrevimos directamente con un maratón internacional: Berlín. Donde estaba el record del mundo -Paul Tergat- y donde Gebrelaisse lo iba a batir.




Nos juntamos en Barajas: Mario mi compi de curro, Iván de Maratonianos, Abel y Roci, Rubén mi hermano y Ana, la Loca y un servidor de vuesas mercedes. El grupo más dispar que se puede juntar para correr un maratón.



Contra todo pronóstico, la inscripción, la compra del vuelo y la reserva del albergue salieron todas bien. Las gestiones por internet habían dado su fruto. El sábado pudimos dar una vuelta tranquilamente por la ciudad, haciendo todo lo que no hay que hacer antes de un maratón: andar, beber cervezas a tutiplén, comer salchichas y demás grasuza, acostarnos tarde... pero qué leches, el record del mundo ya lo iba a batir Gebrelaisse. Para nosotros, nos quedaba lo bueno.



Por la mañana, tras una noche sin apenas dormir, se sucedieron los acontecimientos a toda velocidad y cuando nos quisimos dar cuenta estábamos dentro de una marea humana dispuestos a intentar el asalto al maratón. Marea humana. Parece que alguien se inventó esa expresión para definir aquello: 40.000 personas reunidas para salir pitando en una dirección en cuanto alguien de la voz de ya.



¡PUM! y a correr

El que pueda, claro. Pasaron 12 minutos desde que salió el primero hasta que atravesamos nosotros el arco de salida ¡y todavía quedaban por detrás miles de personas! Gritos y adrenalina a raudales, alegría y las piernas que tiran de uno, como si se estuviera haciendo un remake de braveheart pero con tíos en mallas.



Las primeras sensaciones, óptimas. Con el ambientazo y la gran organización te sientes un atleta de verdad, se te olvida que eres un mediocre. ¿como se pueden pasar 10 kilómetros sin darse cuenta? por raro que parezca, así es. ¿cómo hacer creer que se está uno 15 kilómetros más disfrutando a tope? El que no me crea seguramente no sea corredor, y si hay algún corredor que tampoco lo acepte, que corra un gran maratón como este y se convencerá.



Gente animando continuamente, chavales que te chocan la mano al pasar, avituallamientos frecuentísimos y super completos, grupos y grupos de buena música -jazz, blues y rock junto con algunos de percusión-, un ambientazo de deporte, el recorrido por el centro de Berlín... genial.

Igual que en Madrid, íbamos clavando los tiempos en busca de las cuatro horas. En el segundo cuarto sobretodo se barruntaba un tiempazo en torno a las 3:45 y quizá mantuvimos un ritmo que luego nos pasó factura, pero no se nos fue la olla en ningún momento sino que fue la propia carrera la que nos puso ese ritmo.



Kilómetro 30, ya apenas hablábamos -que ya es decir- y las caras no eran tan alegres aunque a Abel siempre se le escapara alguna pavada de las suyas. El maratón son 30 kms de piernas y 12 de cabeza. Efectívamente. Ahí empezaba lo duro.

Yo fui el primero en caer, en un avituallamiento me descolgué como solía de Abel y ya no era capaz de cogerle como las otras veces. Poco a poco le fui perdiendo y la referencia por kilómetro se fue hasta los seis minutos ¿cómo puede ser? Ah, majo, ahí lo tienes, y eso que decían que ya lo habían quitado: EL MURO DE BERLÍN. Haciendo evaluación de daños, me di cuenta de que estaba corriendo con la boca cerrada, respirando por la nariz; mi cuerpecito iba totalmente al ralentí, economizando las últimas reservas. Por suerte, solo me dolía el cansancio; ni rozaduras, ni calambres, ni torceduras.



Sobre el kilómetro 35 ya no me iba a detener nada, vi a las chicas... pero no podía parar, imposible, hubiera sido la gran cagada. A rechinar los dientes y a echarle huevos al tema, que no digan estos alemanes que nos achantamos por unos kilómetros de nada. Empezaba a hacer frio pero me di cuenta de que tenía calor, no me gustó aquello y me eché por encima un montón de agua en los avituallamientos.




En los últimos kilómetros, sorpresa, ahí estaba el Abel haciendo marcha, en un particular homenaje a Rodrigo. También había pasado las de Caín (nunca mejor dicho), pero ahí seguía el tío dandole caña. Está mal decirlo, pero siempre da moral adelantar a alguien, aunque supongo que no iba a más de 0,5 km/h más rápido.

Pero sí, miralá miralá miralá miralá, la puerta de Brandenburgo. Un arco del triunfo que se ve durante un kilómetro entero que sabe a gloria. Ya lo tienes macho, lo has conseguido, un esfuerzo más, disfrútalo, ahí te llevas un maratón.