Donosti, 14 de noviembre de 2010
20km /1h30m40s / 4m32s x km
Los integrantes de la expedición: Mario, Roci, Pelos y Mª Ángeles, en el peaso hotel Astoria que pillamos, dedicado a artistas de cine, mucho glamour para unos gualtrapillas como nosotros.
Desde la media de Segovia no corría una carrera y ya tenía ganas. Como además no se me dio demasiado bien quería quitarme la espina. Qué mejor carrera para desquitarse que la Behobia-San Sebastián.
13 de Noviembre. Llegada a Donosti.
Salimos el sábado por la mañana Mario, Rocío, María de los Ángeles y el menda. Charlando charlando se nos hizo el viaje bastante ameno, hacía buen tiempo y eso nos animaba. Llegamos al hotel, dejamos los trastos y al Kursaal a recoger el dorsal en la feria del corredor. Jodé, 20.000 personas inscritas y me encuentro en la cola de comprar los billetes del Euskotren a Bea, del club; a la salida estuve charlando también con Jesús, hay que joderse con los Maratonianos de Leganés, se los encuentra uno en cualquier carrera de España.
Las dos de la tarde, Donosti, con hambre ¿qué hacer? Está claro, a por los pintxos de cabeza. Unas cuantas cervezas después y con la tripa bien llena, un paseíto por la playa de la Concha. Con el sol ya bajando, me fui al hotel mientras el resto se quedaba paseando o haciendo alguna compra. La siesta me sentó de lujo y prácticamente me levanté para ir a cenar, cuando me recogieron los compis.
Cenamos cerca del hotel, en un bareto en el que los entrañables dueños nos volvieron a llenar las panzas, además él había corrido la Behobia-San Sebastián en el 80 y estuvimos comentando la jugada, para comparar baste decir que ellos no llegaron a 2.000 participantes y al día siguiente nosotros seríamos 20.000.
Ya sí que estábamos con ambiente de carrera, así que al subir al hotel preparamos todo y a la piltra, a intentar dormir todo lo posible.
14 de Noviembre. La carrera.
El día ya amaneció lluvioso. Mario y yo nos dimos un gran desayuno a las 8:30 en el hotel. De camino a la estación nos encontramos con la Loqui, que regresaba de darse una vuelta corriendo a la playa de la Concha, qué gozada. Nos reunimos con Alfonso en la Estación Central . Con el billete de tren que habíamos comprado el día anterior enseguida estábamos montados en un convoy especial del Euskotren cargado hasta las orejas de corredores, literalmente atestado de gente, fuimos hasta Irún. En la estación nos esperaban unos autobuses gratuitos que te salvan los 4 km hasta la salida. Ya estaba lloviendo un poquito en serio.
Tras dejar la mochila y pasar un poco de frío esperando, haciendo bromas y contemplando el mogollón de gente por fin llegó el momento. Me acerco hasta mi pelotón, el segundo de los rojos, el correspondiente al último de los primeros. No me veo bajando de 1:25 como para conseguir en siguientes Behobias el dorsal siguiente, el azul, pero el objetivo es el 1:30, lo que significa 1:35 en una media maratón (la Behobia son 20km).
PUM y a correr.
A ritmo de Shakira y de los éxitos del momento, con un speaker que parecía King África se encuentra uno de repente corriendo la Behobia. No hay tiempo para muchas reflexiones porque el mogollón de corredores te arrastra y bastante tienes con no tropezarte. Alcanzo a ver a la liebre del 1:30 que se ha colocado al principio de nuestro grupo, para llegar a ella hay un auténtico pelotón de gente, así que veo imposible correr con ella. Tendré que intentarlo yo solito.
Según el sms que me manda la organización (qué puntazo), mis pasos por km son:
km / Tiempo acumulado / Tiempo x km acumulado / Tiempo x km parcial
5 / 23m22s / 4m40s x km
10 / 57m17s / 5m44s x km / 6m47s x km
15 / 1h19m42s / 5m18s x km / 4m29s x km
20 / 1h30m38s / 4m32s x km / 2m11s x km <-------¿?
Lo que, como bien me apunta zurubi no parece muy normal, sobre todo la lectura del pk 15. Yo diría que no está bien porque en el km 18 llevaba menos de 1h24s (de eso sí que doy fe, porque hice una tirada larga de 18km dos semanas antes con ese tiempo y al verlo en carrera ví que tenía al alcance la 1h30m), no creo que haya hecho 3km en cinco minutos (del tiempo de la organización en el pk 15 a mi tiempo en el pk18) ni tampoco los últimos 5km en 11 minutos. En fin, lo que quisiera transmitir son las sensaciones de la carrera:
El primer kilómetro bajo por poco de los cinco minutos, más por la aglomeración que somos que porque me estuviese conteniendo. Mejor, así no gasto demasiado. Llueve por ahora un agüita fina, aunque hacia el alto de Gaintzurizketa se ven unos nubarrones bastante siniestros.
Enseguida hay un buen repecho en el que la carrera se estira bastante, aunque no lo suficiente como para haber podido correr mucho, así que llego a las primeras cuestas del alto de Gaintzurizketa a 4m45s – 4m50s. Bien, porque así guardé para después, algunos estresaos iban por las aceras serpenteando entre el público y jugándose los tobillos, pero yo creo que no era la carrera como para hacer marca, éramos muchos. Además, ya llovía en serio.
Desde el principio está la gente animando e incluso en los tramos más duros del puerto y a bastante distancia de las poblaciones están los márgenes de la carrera llenos de público aguantando el chaparrón y dando ánimos. Una pasada.
Llego arriba jadeando pero bastante entero, marco 23m22s en el pk 5, a 4m40s x km. La cosa iba bien. Los toboganes de Lezo es la parte más bonita, con el campo verde y entre caserones, con bien de público. Con la lluvia no noto nada de sed y ya puede ir uno a la velocidad que quiera, hay huecos aunque seguimos siendo un mogollonazo. En las riberas, gente y gente animando.
Marco 57m17s en el pk 10, a 5m43s x km. Con las cuestas y la lluvia no está mal, aunque en carrera pensé que iba peor y que iba a hacer un poco menos de 1h 35m en la meta.
Hasta el puerto había bastante bajada e intenté achuchar un poquillo y bajar la media, lo que al final me hizo alcanzar el tiempo deseado, además me veía con reservas. Está claro que el sube-baja me conviene, porque como soy más de fuerza bruta que de técnica, lo que pierdo arrastrando el culo cuesta arriba lo recupero forzando en las bajadas. Ya en el tramo del puerto de Lezo que es muy llano se me hizo más difícil y los kilómetros parecían más largos. Sigo pensando que pasaré dos o tres minutos por encima de 1h 30m.
Después del puerto viene el alto de Miracruz, mucha pendiente y un auténtico mar de público en el borde de la carrera, formando una línea de paraguas contínua. Llueve a ratos a mala leche. Por suerte me encuentro con fuerzas y tirando de riñones subo bien, sabiendo que arriba ya se verá Donosti.
En el km 17 se acaba la cuesta y en el 18 miro el reloj y veo que tengo menos de 1h 24s, es decir que he ido más rápido que el ensayo que hice en Polvoranca hace dos semanas. Hay que aprovechar el momento y apretar en los dos kilómetros de bajada que me quedan.
El entrenamiento desde el desastre de la carrera de Segovia, junto con los cuatro o cinco kilos que me he quitado de la barriga y del culo me permiten aguantar dando bastante caña, toda la que puedo, que a estas alturas no es mucha bien es cierto.
El subidón de las calles de San Sebastián atestadas de gente animando a pesar de la lluvia que está cayendo ahora a base de bien me lleva hasta la meta, aunque el último kilómetro se hace súper largo. Tras pasar cuatro o cinco arcos –cuándo leches llega el de la meta- veo el reloj colgado del último subo los brazos y llego, parando el reloj en la marca deseada: 1h 30m 38s. Objetivo cumplido.
La verdad es que con las lecturas intermedias me hago un lío, creo que no están bien medidos los kilómetros o los tiempos, espero que la distancia total sí sea la buena porque el tiempo neto sí me salió igual que el de la organización.Gracias a Anónimo que me corrigió la toponimia.
La pos-carrera.
Es lo que tiene una carrera de 20.000 tíos, un mogollón para todo. Colas, para quitar el chip, para coger plátanos, para pillar agua, sobre todo para coger la mochila. Después de quince minutos tiritando bajo la lluvia, completamente empapado, esperando para conseguir la preciada bolsa, la alcanzo y dentro me encuentro dos tesoros que dejé en Behobia, un chándal seco y un teléfono. Mario ya había llegado y estaba con las chicas. En lugar de reunirme con ellos, quedamos en ir directamente al hotel.
Hasta las dos nos dejaron quedarnos, el tiempo de recogerlo todo y lo más importante, una ducha bien caliente que bien valía ella sola todo el precio de la noche de hotel.
Salimos sin prisa pero sin ninguna pausa hacia Madrid, paramos pasado Vitoria a comer en un área de servicio que salió muy baratita, donde vimos al Alonso perder el campeonato del mundo –no era una cosa que nos quitara el sueño- y seguimos viaje, charlando y de bromas hasta dejar a Mario y Rocío en Vallecas. Lástima de atasco en el Molar porque hubiéramos podido recoger a los niños y dormir con ellos. Pero bueno, un finde genial, buenos ánimos para seguir progresando en las carreras e intentar bajar de 1h 35m en la media de Getafe, el siguiente objetivo.