viernes, 18 de julio de 2008

III CARRERA DEL ROCK

12 de julio de 2008. San Lorenzo del Escorial.

7,7 km / 35m48s / 5m08s el km



DEMASIAO JEVI PA MI BODI. Después de una celebración de cumpleaños de mi cuñao en Guadarrama, me reuní con Abel y Raquel en El Escorial, acompañado por mi esposita la Loqui, que hizo el esfuerzo de venir. El ñajo se quedó con los abuelos y no nos dijo ni adiós.

Tras una cerveza (era la Carrera del Rock, todo valía) fuimos hasta el coche para cambiarnos, más bien para disfrazarnos. Esta vez con tiempo...salvo que a Abel se le olvidó el chip en el coche cuando ya regresábamos y tuvimos que ir otra vez; esta vez sí calentamos, pero obligados porque la hora de la salida se nos echaba encima, hicimos el trayecto trotando. Por fin una carrera en la que no tenemos que calentar en el primer kilómetro.

Ya estaban todos apretujados debajo del arco cuando llegamos. Ambientazo.Más bien parecía un concierto. Por donde estábamos nosotros (en los primeros puestos)

había un tono más de deporte pero si girabas la cabeza te podías encontrar a Elvis o a los KISS. Gritos y risas, solamente faltaban un par de minis.

PUM y a correr

Sí sí, mucho cachondeito, pero aquello no dejaba de ser una carrera y más de uno se lo tomaba en serio. Habia nivel...y desnivel; una fuerte bajada al principio pero enseguida unas cuestas que se te quitaba el hipo. Cada bajada me hacía temblar, porque daba la impresión de que buscábamos coger cota para la escalada de la cuesta ROMPECORAZONES. El ambiente seguía siendo genial, sobre todo por la gente que se había currado el disfraz más que nosotros (cosa fácil) y un loco que no dejaba de cantar ni en las peores rampas.

LA CUESTA, ahí la teníamos, al doblar una curva de repente se ve una especie de romería de gente subiendo más y más alto por una calle cada vez más estrecha. Era como las subidas a las pirámides. Mejor no mirar, concentrarse en las puntas de las zapatillas y a tirar de riñones. No sé cómo lo conseguimos, pero lo hicimos. Toda corriendo. Con un par. Adelantábamos a pocos, eso sí. La animación de la gente, genial, con grupos de música y todo.





Arriba una sensación muy buena, aunque no nos dábamos cuenta del todo por el cansancio. La vista desde la “cima” hacia abajo, viendo los más de 100 metros de desnivel desde el inicio de la infernal subida daba fuerzas para continuar.

Nada más coronar me tuve que parar a andar porque el corazón me salía por la boca. Me obligué a no pararme del todo. Al poco pude correr de nuevo. Creí que el Abel me iba a perder pero por suerte y por un compi improvisado que me iba animando fui apretando el paso hasta verle y conseguir alcanzarle casi en la línea de meta, donde el amigo Abel montó un chou de los suyos, rompiendo la camisa, como Camarón.

Al final, el tiempo muy bueno, con una media de unos 5min/km, que con el retraso de hacer la cuesta brutal casi andando quiere decir que en las bajadas mantuvimos la tensión como unos viejos roqueros que somos.

Después, unos minis, bocatas de panceta y la primera entrega de premios que veo que no ha sido un completo coñazo, con Fabián Roncero vestido como el de los ACDC. Nos quedamos un rato en el concierto y regresamos a Leganés, con una gran sensación de esta carrera, que me la apunto para el año que viene.